Addio mare

Y cogí a mi segundo plato... "Lo siento" por él pero siempre puedo contar con él para ir por ejemplo a San Agustín habiéndolo enviado un mensaje dos horitas antes para que me acompañara ya que el plan A se vino abajo.

Y eso, que nos fuimos para San Agustín, al Addio Mare, un pequeño paseo que ya se me estaba haciendo la boca la famosa pizza con borde relleno de queso y con solomillo. Ya había ido una vez con una amiga comilera (Sarita te mando recuerdos) y en esa ocasión habíamos pedido también queso a la plancha y un kebah.

 Días antes de ir había pedido recomendación por parte de los comileros del Facebook, sin ser la pizza que todos iban a recomendar, me comentaron el salmón en madera de roble, el solomillo provenzal, tres de pasta, la parrillada de solomillo y pasta, muchos me dijeron pasta. No hay que olvidar que es un italiano y ahí es lo mejor que se cuece. Lo primero que pedimos fué una papas arrugadas que me recuerdan las que probé en El Paso, así que buena señal.  El pan de ajo con el tueste en su punto le faltaba, a mi gusto, que le quitaran algo de miga y pusieran algo más de queso.

 

La pizza Piazza. Iba con intención de probar cosas diferentes de la última vez pero ¿cómo resistirse a esto? ¿En serio? No debía dejar que Jose se fuera sin probar esto. Como dije, viene con una salsas en la base con queso y jamón, los bordes inflados de queso fundido (puedes pedir sin ese tipo de borde) y con unos generosos trozos de solomillos. Para ir abriendo terreno a lo que venía más tarde. Muchos comileros me dicen que con la pizza se quedan casi llenos y casi tienen razón. La mesa que teníamos delante habían tres chicas, que de aquí les mando recuerdos (a cada cúal más guapa), se metieron una pizza entre pecho y espalda. Esto sin son autenticas comileras.

Y como me dejo recomendar tanto por los comileros como por los dueños, tuvo que caer el Coeur de Filet Provencale. O solomillo a la provenzal. Como se aprecia en las fotos vienen acompañadas con unas papas panaderas con un toque de mantequilla de ajo, su acompañamiento de verduras y pimientos. Me gusta la carne bien hecha, apenas rosa pero hice el esfuerzo ya que al amigo le gusta que cuando trinches la carne aún se pueda escuchar el mujido de la vaca, así que ni para el ni para mi, medio hecho. ¡¡Y como estaba!!  Un buen plato y contundente, una recomendación que haré a partir de ahora.

 Muchos en los comentarios se quejaban que había perdido calidad en servicio. Yo hasta cierto punto lo puedo entender y comercialmente se llama morir de éxito. Un sitio que ibas y lo conocías tu y tres más y que te gustaba y no te costaba pedir mesa y comer tranquilo (hablase de no estar esperando por una mesa, una cosa que no me pasa ni pasa si pides mesa), pero al cabo del tiempo el boca a boca de los comileros hace que vaya más gente y tu siendo cliente habitual vuelves a ir y lo ves cambiado. Ves más gente, hay que esperar por mesa. El servicio, hay más gente y no hay tantos camareros como para ayudar en el salón. La calidad/precio baja o sube. Eso siempre pasa, suben costos. Y dejas de ir. Es una pena. Y no trato de ponerme en la piel del abogado del diablo pero suele pasar mucho con sitios que son muy buenos y no pueden soportar "ese peso". Que deje uno de ir no pierde porque sigue recibiendo público nuevo. Me pasó con El Guajara con el tema de precios y me pasó con La 66 con el tema de esperar... ¿Solución? Fácil, voy menos al primero y al segundo para llevar. Yo con Addio Mare no puedo quejarme salvo que tardaron mucho en ofrecer el postre que al final no comimos ya que ya era tarde y al día siguiente había que trabajar. La calidad la noté como cuando fui hace par de años y hace unos meses.

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