Aquí tenemos otro post de Miguel Machín, del New Machín. Como post anterior sobre en el anterior, donde habló de las hamburguesas minímalistas, colaboró con el blog, ahora hablaré sobre lo que los comileros siempre piden. Las Tres B.
*La larga espera para ser atendidos o llevados a la mesa
*La tardanza del camarero en traernos la carta, la bebida o tomarnos nota de los entrantes
*La demora del servicio de los platos o los errores de sincronización de entrantes con platos principales
*La mala atención o contestación de algún camarero
*La comida fría o excesivamente caliente
* La disconformidad en la cocción de una carne o pescado
Así hasta un largo etc. que nos pueden llegar a pasar y nos pueden llegar a desencantar de un establecimiento, muchas veces como humanos sabemos que los errores existen y somos capaces de reflexionar y pensar que ha sido una mala experiencia pero que no por ello dejaremos de ir a ese lugar, puesto que sabemos que ha sido un caso puntual ( cosa que no se suele pensar cuando vas por primera vez a un sitio y nos pasa cualquiera de esas situaciones)pero no sé por qué extraña razón siempre acabamos tachando al restaurante de : “malo en relación calidad-precio” cuando la gran mayoría de las veces :la comida ha sido un éxito si no hubiese sido por…( cualquiera de las razones anteriores u otras) éxito si no hubiese sido por…( cualquiera de las razones anteriores u otras) No quiero excluir para nada que si es cierto que en muchos sitios pretenden vender agua al precio del petróleo y sacar una rentabilidad al producto muy por encima de los márgenes moralmente establecidos.
Sí,
es cierto, todo el mundo habla siempre de la relación calidad-precio de
la comida de un local, parece ser que cada uno de los clientes son
grandes expertos en economía y sibaritas. Ojo, no es una crítica, es
cierto que cada uno sabe cuál es su presupuesto y hasta dónde puede
llegar a gastar o incluso poner valor a lo que creen que debería de ser
su precio justo, pero, ¿realmente sabemos cuál es la escala en la que se
mide esa expresión de calidad-precio?
Es
muy común escuchar las quejas o las reclamaciones de alguien que sale
descontento de algún local y enseguida pone en boca la expresión en
cuestión para referirse a su malestar con el establecimiento sin pararse
a pensar realmente cuál ha sido en realidad la causa de su estado:
*La larga espera para ser atendidos o llevados a la mesa
*La tardanza del camarero en traernos la carta, la bebida o tomarnos nota de los entrantes
*La demora del servicio de los platos o los errores de sincronización de entrantes con platos principales
*La mala atención o contestación de algún camarero
*La comida fría o excesivamente caliente
* La disconformidad en la cocción de una carne o pescado
Así hasta un largo etc. que nos pueden llegar a pasar y nos pueden llegar a desencantar de un establecimiento, muchas veces como humanos sabemos que los errores existen y somos capaces de reflexionar y pensar que ha sido una mala experiencia pero que no por ello dejaremos de ir a ese lugar, puesto que sabemos que ha sido un caso puntual ( cosa que no se suele pensar cuando vas por primera vez a un sitio y nos pasa cualquiera de esas situaciones)pero no sé por qué extraña razón siempre acabamos tachando al restaurante de : “malo en relación calidad-precio” cuando la gran mayoría de las veces :la comida ha sido un éxito si no hubiese sido por…( cualquiera de las razones anteriores u otras) éxito si no hubiese sido por…( cualquiera de las razones anteriores u otras) No quiero excluir para nada que si es cierto que en muchos sitios pretenden vender agua al precio del petróleo y sacar una rentabilidad al producto muy por encima de los márgenes moralmente establecidos.
Es real el pensamiento de muchos hosteleros que opinan que ellos son
libres de poner el precio que quieran a sus productos, que ellos no
obligan a nadie a pagar lo que ellos piden, que si la gente está
dispuesta a pagar por lo que ellos sirven que no es ningún delito.
(Afortunadamente para el sector esta situación no es tan común como la
gente supone, la gente al final no es tonta y sabe cuánto más o menos
debe pagar por lo que le srven)
Una
cosa es lo que el cliente supone que debe de costar un producto y otra
bien diferente es los cálculos que hay que sacar para añadirle al
precio; hay que tener en conocimiento que hay valores añadidos los
cuales a veces no se aprecian pero hacen que encarezcan el producto en
cuestión.
*No es lo mismo ir a un local con una sola persona que lo haga todo a ir a otro donde te atiendan 20 (no siempre significa mejor atención cuanto más personal, pero por norma general si es así)
*No es igual ir a un sitio donde haya servicio de mesas a otro donde no lo haya
* Hay mayores gastos en función de más servicios (aseos, wifi, aparcamiento, tv, cargadores de baterías…)
Y mucho más que se queda en el tintero y que hacen un suma y sigue.
*No es lo mismo ir a un local con una sola persona que lo haga todo a ir a otro donde te atiendan 20 (no siempre significa mejor atención cuanto más personal, pero por norma general si es así)
*No es igual ir a un sitio donde haya servicio de mesas a otro donde no lo haya
* Hay mayores gastos en función de más servicios (aseos, wifi, aparcamiento, tv, cargadores de baterías…)
Y mucho más que se queda en el tintero y que hacen un suma y sigue.
En
definitiva y para no extenderme (cosa que se podría hasta el infinito y
más allá) no es lo mismo pensar que uno puede comprar una bolsa de
papas congeladas a 2 euros en el super y creer por ello que el de la
hamburguesería se está haciendo de oro porque vende la ración a 3 euros
sin antes pensar que las salsas no son gratis, ni el aceite en el que se
fríe, ni el envase en el que se sirve, ni el personal que lo elabora,
ni las maquinas cuando se rompen y hay que pagar al técnico o
sustituirlas, etc. ,etc.
En fin… antes de pensar en decir la frase mágica de EN FUNCIÓN DE LA
CALIDAD PRECIO , parémonos a pensar en todo lo redactado y quizás así
verán que no siempre depende del PRECIO o de la CALIDAD de los productos usados.
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