La pequeña Pontevedra

Hace tiempo que no disfrutaba de un domingo fuera de casa. Siempre me lo paso durmiendo y recuperando energías después de una semana larga de trabajo. Y qué mejor coger el coche e ir a Santa Catalina a dar un pequeño paseo y acabar en un rincón de La pequeña Pontevedra.

Cuando te sientas en la mesa notas que es un local para estar en grupo o quizás estar en una comida formal con amigos o conocidos. Tiene en la decoración orientado hacia el mar y en la carta se nota mucho más, donde lo que más acapara es el pescado y el marisco. Si te gusta estás en un buen lugar, y si no te gusta, también una de las mejores carnes de la península, la rubia gallega.

Empezamos con unos pequeños entrantes que aún no están en carta, unas delicias de Pontevedra, una especie de watón frito de verduras y pescado. Seguimos con una ensalada, os recuerdo que estoy a dieta. Esta lleva bacalao y donde notamos que le falta un toque leve de limón para darle un sabor más fino pero donde el sabor se nota bien fuerte es en el foie minit. Se trata del hígado graso semi cocido con cebolla caramelizada. Me encanta y sobretodo con granizado de sal gorda para huntar en el paté.

Hemos visto ya el bacalao, uno de los productos más utilizado en la gastronomía gallega. Ahora toca dos platos top. El cocido gallego y el solomillo de vaca gallega con salsa de setas.

El primero de ellos se suele servir en una especia de caldo como si fuera una sopa y vas añadiendo las papas, el chorizo, las verduras, el bacon y costillas. Y ya cuando todo en el caldo, ya podrás disfrutar de un gran plato típico. 

En el segundo plato, la carne es el plato fuerte pero escondido tiene unas de las cosas que más me gustan a mi, las papas panaderas. Quizás las que hace mi madre en el horno con cebolla me guste más pero no está nada mal y con el tomate y la salsa le da un sabor muy agradable a la carne. Se nota que es de alta calidad y una cosa que me gusta y a muchos comileros le gustará es que no esconden la carne en un mar de salsa. Se suele decir que así esconden la calidad y aquí se deja ver nada más abrir la carne que vas a disfrutar de ella.

Lo que comenté al principio, repetiré porque realmente merece la pena ya que solo pude probar la punta del icerberg de la gran carta que tienen. Es un local donde una reunión entre amigos, familia o compañeros de trabajo podrás tener una conversación ya que goza de grandes mesas y no hay tanto bullicio que te obligue a estar gritando.

Mi calificación es un corazón amarillo. Si quieres saber como es el ranking pincha aquí.

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